
Hacia 1709, Cristofori desarrolló en Florencia el primer mecanismo de este instrumento, que dio en llamarse Hammerklavier. A este mecanismo le siguió el Alemán (de rebote) y el inglés de percusión. En el año 1821, Erara perfeccionó este último mediante su mecanismo de repetición, de ese modo se posibilitó una rápida sucesión de ataques y por ende, la ejecución pianística virtuosa de los siglos XIX y XX.